Computadores, tablets, pantallas, pizarras y escritorios: todo se puede mover y adecuar, según la actividad. Así son las hiperaulas, salas diseñadas especialmente para formar a profesores preparados para liderar clases más flexibles y en las que los alumnos tengan un rol activo, dejando atrás el modelo de un aula inmóvil, en silencio y con un docente que enfrenta al curso desde su puesto.
En otras latitudes, planteles como la U. Complutense de Madrid y la U. de Navarra cuentan con esos espacios en sus campus. A nivel local, la U. San Sebastián se propuso construir las primeras, en el marco de un proyecto de la Facultad de Ciencias de la Educación que se adjudicó un fondo concursable de la Subsecretaría de Educación Superior, el que permitirá invertir más de $380 millones para estas aulas. Serán cuatro en total, ubicadas en las sedes de Santiago, Valdivia, Puerto Montt y Concepción. Se espera que la primera, en la capital, esté operativa a fines del primer semestre del próximo año, consigna El Mercurio.
La decana de la facultad y quien lidera la iniciativa, Ana Luz Durán, destaca que las hiperaulas también permiten traer al ámbito de la educación una metodología usada con frecuencia en las carreras de la salud: la simulación. Así, su diseño flexible permitiría a los futuros docentes practicar cómo harían sus clases ante un curso: ‘Te permite revisar, evaluar y rectificar de manera colaborativa, en la práctica. No es que te enfrentes directamente a la realidad, que es lo que pasa, sin haber pasado por un proceso de trabajo más colaborativo’.
Según la experta, ‘hoy con el covid se hace mucho más necesario repensar la formación docente y el tipo de profesores que requerimos’.