Con el inicio de las clases presenciales, también se ajustan los protocolos de salud contra el covid-19. El uso obligatorio de mascarilla es uno de ellos y este tal vez podría ser perjudicial para la salud vocal de los docentes sino cumple con ciertas técnicas.
La académica de la carrera Fonoaudiología de la Universidad Autónoma de Chile en Talca, Syndia Núñez, explicó que si la persona no cuenta con una técnica vocal para proyectar la voz hablada, evidenciará una sobrecarga vocal, lo que ocasionaría mayor tensión a nivel del cuello, espalda alta y la musculatura que favorece la producción de la voz. Esto conlleva a que ante una mayor tensión y una laringe más alta sean más propensos a presentar en una primera etapa un daño funcional a nivel del aparato fonador. Si esto no es controlado puede evolucionar en una lesión anatómica más evidente, como por ejemplo los nódulos vocales.
La académica, especialista en habilitación vocal, precisó que el nivel de daño dependerá de indicadores como: edad, años de ejercicio en la docencia, si presenta alguna enfermedad de base respiratoria, patología vocal o incluso haber tenido COVID-19, si se estiman las repercusiones respiratorias y la cantidad de estudiantes por sala a su cargo, lo cual determinará la carga vocal que tendrá el docente.
Entre las señales de alerta, ante las cuales los docentes deben estar atentos se encuentran: el tiempo de disfonía (si lleva 10 días o más de disfonía continua consulte a un otorrinolaringólogo); falta de eficacia en el acto vocal, en relación con elevar la intensidad de la voz o cambiar de tono y no lograrlo; fatiga vocal o mayor cansancio a medida que avanza la semana o en los casos más complejos durante el mismo día; dolor y tensión en el cuello y parte de la espalda alta, asociado al uso excesivo de la voz y quizás a una mala postura dependiendo de como desarrolle sus clases; carraspear constantemente por la necesidad de sentir que debe limpiar su garganta; y sequedad en la boca. El tiempo que el docente tarde en percibir posibles daños dependerá de condiciones particulares.
No obstante, si el profesor presenta preexistencia de una patología vocal, puede haber evidenciado alguna dificultad o sintomatología de molestia en su aparato fonador en las primera semana de trabajo.
Núñez explicó que la mayor o menor intensidad de la voz también dependerá el tipo de mascarilla que utilice el docente. “Recientes estudios han evidenciado una pérdida gradual de la intensidad entre 3-4 decibelios para la mascarilla quirúrgica y casi 12 decibelios para la mascarilla N95, en comparación con la condición sin mascarilla, lo que hace que la voz se perciba más débil… Es esperable igualmente, presentar mayor fatiga al momento de hablar por un tiempo prolongado, 30 o más minutos, por la disminución de la entrada de oxigeno y el bloqueo que produce la mascarilla”, indicó la académica.
Cuidado de la voz
Si se estima que los docentes continuarán con esta carga vocal dado el uso de mascarillas, la académica, recomienda adoptar medidas, como:
- Seleccionar la mascarilla con la que se sienta más cómodo para dar su clase, siempre que esta sea certificada. Se debe cambiar según los períodos de duración establecidos.
- Apoyarse de la comunicación gestual para transmitir la información necesaria para sus alumnos.
- Hablar de un modo más lento y aumentando la abertura de la boca, al punto de incluso llegar casi a la sobrearticulación, para que el mensaje sea más inteligible.
- Mantenerse constantemente hidratado. Usar líquidos y no bebidas no gaseosas.
- Mantener un reposo vocal entre pausas y recreos.